Campanadas de boda

Sinopsis:
En todos los espectáculos de La Cubana, se pretende demostrar que, detrás de cualquier acto cotidiano, siempre se encuentra el teatro.

En este caso, el tema que hemos elegido, las bodas, es un ejemplo muy claro de este teatro cotidiano del que hablamos. Han pasado los años, han cambiado las costumbres, nos hemos modernizado y, aunque ya no es necesario casarse religiosamente, es evidente que, cuando lo hacemos por lo civil, seguimos utilizando la misma estructura y la misma pompa de siempre: un guión y una puesta en escena que todo el mundo conoce a la perfección y en la que se sabe el papel que toca interpretar. No importa la raza, la religión, el dinero, la afiliación política ni el sexo de los contrayentes: todos acabamos interpretando con gran rigor escénico el personaje que, por las circunstancias, tenemos que hacer. Preparar una boda es exactamente igual que preparar un espectáculo de teatro.

Campanadas de Boda es una parodia de la gran parodia que todos hacemos al casarnos: un espectáculo teatral que nos montamos nosotros mismos y en el que acabamos siendo los protagonistas. En definitiva, Campanadas de Boda es una comedia-vodevil-costumbrista sobre bodorrios.

El sábado 14 por la noche fuimos a ver Campanadas de boda, la divertidísima y sorprendente función de la compañía La Cubana. Ya había visto otras dos producciones suyas pero esta las supera de calle. No me gusta comentarla porque supone destriparla. Lo que sí os adelanto es que todo el público, en mayor o menor medida, participamos en la representación. Para que conste, un fotógrafo nos tomó fotos a todos y las colgó en la web de la compañía, como las siguientes.

Hay momentos donde se producen tantas sorpresas a la vez que faltan ojos para abarcarlo todo. Entre tanta situación hilarante, con sus gotitas de crítica social sobre el circo que conlleva una boda, se intercalan números musicales un tanto sui géneris. Lo más surrealista fue oír el clásico de Serrat Paraules d’amor cantado en hindú –creo- y a ritmo de Bollywood. Qué bien nos la pasamos.