Sinopsis:
Ambientada en los años 70, tras la masacre de Múnich y durante la época más activa del terrorismo palestino. El Mossad, poniendo en práctica un plan tan maquiavélico como inteligente, capta los servicios involuntarios de Charlie, una actriz inglesa de poca monta y vida bohemia. Charlie es sometida a un duro entrenamiento psicológico para que consiga atrapar a Khalil.
He visto esta miniserie basada en una novela de John Le Carré. Recuerdo haber intentado hace años leer algún título de este escritor, que también ejerce de productor, pero acababa abandonando porque no me enteraba de nada, sobre todo de conflictos políticos mundiales y espionaje, y lo mismo sucedía con series o películas de su autoría. Quizá la excepción fue El infiltrado.
La presencia de Alexander Skarsgård me animó a enfrentarme a la trama donde unos agentes del Mosad reclutan a una joven actriz inglesa (maravillosa Florence Pugh) para infiltrarse en un grupo de terroristas árabes. Con vergüenza he de confesar que me ha costado seguir el argumento. Aunque parezca mentira, la razón no se debía a que perdía el oremus con el sueco: ni su personaje me parecía muy interesante ni ese tono de cabello tan oscuro le favorece en lo más mínimo. Aunque la percha es la percha, no cabe duda. Sin ser de los trabajos suyos que más he disfrutado, no ha estado nada mal verlo seis semanas seguidas.
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