Los componentes de este blog somos un grupo de amigos dispersos por el mundo que charlamos de lo divino y de lo humano. Desde el respeto y la buena educación, nuestras posturas coincidirán a veces, mientras que otras divergirán totalmente. Sin tratar de imponerlas a los demás, cada cual se responsabiliza de sus propias opiniones.
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Sed todos bienvenidos.
Ghost el Musical narra la relación entre Sam y Molly tanto en vida como tras el fallecimiento de él en un atraco. Sam queda atrapado entre ambos mundos para proteger a su chica de la misma amenaza que le arrebató a él la vida. Contacta con Molly a través de Oda Mae, una estafadora que se hace pasar por vidente y que inesperadamente desarrolla la capacidad para hacer de puente entre el mundo de los vivos y el de los muertos.
Bien abrigada, el viernes fuimos en autobús (primera vez sin mascarilla) a Alicante al teatro para ver Ghost. Menos mal que nosotras entramos por la entrada de artistas para acceder al palco, porque había una cola enorme para entrar por la principal. Hasta el periódico recogió el tirón de Bustamante o del musical o de ambos, a saber.
Me acuerdo de cuando vi la película de 1990 y de cuánto me emocioné. Lloré a moco tendido porque la muerte de mi padre estaba reciente. Supongo que la habré visto alguna vez que otra más, pero tampoco la tenía tan vívida sino que iba recordando según veía y me dio la impresión de ser muy fiel al filme.
Cuando David Bustamante salió en escena, la primera impresión de mis amigas fue que ha perdido el tipazo de musculitos que lucía últimamente. De hecho, he visto fotos de las funciones de Madrid donde la escena del torno la hacía descamisado, y aquí no. Cierto es que está más redondito, pero no lo voy a criticar por ello, que solo faltaba que yo fuera gordofóbica. Lo importante es que defendió estupendamente a su Sam, con un chorro de voz, y eso que a veces carraspeaba, que para mí estaba un poco resfriado también. La labor del resto del reparto no le andaba a la zaga.
Además de los números musicales, me impactaron los muy creíbles efectos especiales para recrear el mundo sobrenatural.
Sea por el tirón de la nostalgia, sea por la presencia del cántabro, el teatro estaba a rebosar y aplaudió a rabiar. Nos lo pasamos en grande.
Si os preguntáis si hubo fotos con Busta, la respuesta es negativa. Según empleados del teatro, la víspera había habido tal cantidad de gente esperándolo, no solo espectadores de la función sino también fans que ni habían entrado, que optó por salir disparado por una puerta no habitual.
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