Debido al resfriado aún no os había podido contar que el sábado día 4 Pedro y yo fuimos a ver las instalaciones del puerto de Alicante con motivo de la Volvo Ocean Race, la regata transoceánica más importante y extrema del mundo. La verdad es que los regatistas han de tenerlos bien puestos tanto por su habilidad deportiva como por su capacidad de resistencia a las condiciones más duras. Habitar en 2 metros cuadrados durante 9 meses y navegar aunque llueva, truene, haga viento, sol o reine la más absoluta calma, son algunas de las consecuencias de embarcarse en esta aventura. ¡Eso sí que es una edición de Gran Hermano y no los gandules criticones de la tele!
Tuvimos la buena idea de comer fuera del recinto, en una pizzería de la Explanada, pues no sabíamos si dentro encontraríamos dónde comer; luego vimos que había sólo dos restaurantes pero de alto copete por lo que la clavada habría sido monumental como lo fueron los granizados de limón que nos tomamos a media tarde en una terraza con vistas al mar.
Primero subimos a la explanada habilitada para ver los barcos pues había una regata, la In-Port, previa a la salida oficial que tendría lugar una semana después. Pedro se la pasó pipa viendo los veleros, incluso los más apartados con los prismáticos que llevábamos.
Continuará...
1 comentario:
Espero impaciente la segunda parte de vuestras andanzas por la regata.
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