miércoles, 1 de octubre de 2008

Cena de quintos 2008




El viernes tuve la cena con mis quintos, o sea, con mis paisanos nacidos en 1964. Unos coetáneos míos se tomaron el trabajo de primero ir al juzgado para sacar el listado de los nacidos en Agost en ese año (unos 60, de las quintas más numerosas en pleno baby boom) y al ayuntamiento para completar la lista con los demás empadronados nacidos entonces, y después enviarnos a todos -casi 90- una carta avisándonos de la fecha, lugar y precio (¡38 €, dos más que el año pasado!) de la cena. El año pasado, en la euforia del momento nos comprometimos a repetir la cena cada último viernes de septiembre. Nunca pensé que se cumpliría.

Al final nos juntamos 20, cinco menos que la vez anterior. Se quiera o no, la crisis se nota. Estábamos solos en el salón nuevo del Bar Palacio cuando el año pasado estaba a rebosar. Había mayor número de chicos que de chicas, con tres nuevas adquisiciones que no habían venido la vez anterior. La mayoría están casados: entre ellos, un soltero y tres separados; y entre ellas, una soltera (servidora) y todas las demás casadas. A las chicas las conozco de toda la vida mientras que con la mayoría de los chicos sólo coincido en veladas como éstas; al menos sirve para que nos saludemos al vernos por la calle, cosa que antes no sucedía.

A eventos así se va con la predisposición de pasarlo bien. No sé si son ganas locas de pasar una velada sin la pareja o el efecto de las primeras cervezas o copas de vino, el caso es que a los pocos minutos estallábamos en carcajadas y buen humor. Sin embargo, la juerga no se desmandó tanto como el año pasado porque una de las almas de la reunión pasada, un chico que no sé cómo no acabó reventado entonces de tanto bromear, bailar y hacer el ganso, estaba completamente apagado pues se separó hace unos meses y al parecer aún no lo ha superado. Aunque entre todos intentamos animarlo, se notaba que no se hallaba tan a gusto como es habitual en él.











Tras la cena nos pusieron música para bailar con barra libre hasta las 3. Me tomé un whisky corto con limón, y con él pasé toda la noche. No necesité beber más para reírme y pasármelo pipa.
Acabada la música a las 3, me fui a casa con unas vecinas mientras que el resto continuó la juerga en un pub. Se notó que llevo tiempo retirada de la vida pública ya que estaba agotada.

5 comentarios:

maria esther dijo...

Me alegro de que lo pasarais tan bien.
Espero que el ultimo viernes de septiembre del año proximo lo volvais a repetir.
Que buena la tarta.Me han entrado ganas de comer dulces

ana dijo...

Te lo montas muy bien. Yo estoy deseando reirme durante largo rato. Me das envidia.

Conchi dijo...

Ana, con lo decidida y emprendedora que eres, ¿por qué no organizas una reunión como ésta? Verás qué bien te la pasarías.

maria esther dijo...

Se me olvido comentarte que las chicas estais mucho mas guapas en las fotos que los chicos.

ana dijo...

Conchi, no nací aquí en Guadalupe, tampoco estudié, me vine a los 15 años justo cuando empecé fuera el bup (aquí no había instituto)y..... buff, algún noviete que no me apetece ver.... uffff, en fin, me montaré la fiesta por otro lado.