Con retraso, os cuento algo de las fiestas de Moros y Cristianos del último fin de semana de junio. Domingo por la noche fue la “entrada”, un desfile de las comparsas con sus mejores galas multicolores, propias del grupo al que representen. Una de ellas es la de los Moros Negros que llevan la cara pintada de ídem en un maquillaje estrafalario que dificulta el reconocimiento de quien se halle bajo la capa de pintura. Imaginad, pues, mi sorpresa cuando me dijeron que uno de los cabos de escuadra (los que van al frente de las filas) era Paco, nuestro cura párroco, el de la foto. No era el primer año que salía en una comparsa pero sí que la encabezara. Por cierto, Paco ya se está despidiendo de sus feligreses pues el obispo ha designado a un sustituto suyo que llegará en septiembre.
En las otras fotos estoy con mi amigo Enrique Luis, de los Contrabandistas, y con mi prima Mª José y su hija Mª Victoria, de los Vizcaínos.
En las otras fotos estoy con mi amigo Enrique Luis, de los Contrabandistas, y con mi prima Mª José y su hija Mª Victoria, de los Vizcaínos.
La gente con ganas de marcha por la noche va de peregrinación por las distintas sedes de las comparsas a beber y a bailar. Ya hace unos cuantos años que no voy, yo que aguantaba hasta las tantas. Será que ya estoy mayor para esos trotes. Para disimular, quedé con mi amiga Loli y dos amigas suyas de Novelda, y nos asomamos a la verbena. La orquesta no sonaba mal, sobre todo porque pasaba de pasodobles y tocaba temas de Alaska, Mecano y aledaños, para desesperación de la tercera edad. De allí Loli y yo fuimos a sentarnos a la heladería (tomamos sendas botellitas de agua, menuda juerga) y a charlar. Al rato vimos pasar a Paco, agarrado del cuello de otro comparsista pues al parecer tenía algún problemilla para caminar por sí mismo.
1 comentario:
Lástima que se vaya Paco, es un cura moderno, es decir, que disfruta de la vida compaginándola con sus misas diarias.
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