La duquesa

Sinopsis:

Hermosa, glamurosa y adorada por el pueblo. Georgiana fue, como su descendiente Diana de Gales, la mujer más fascinante de su época. Pero mientras que su belleza y su carisma le forjaron un nombre en la historia, el amor siempre se le escapó.

Casada muy joven con uno de los hombres más ricos de Inglaterra, el Duque de Devonshire, fue confidente íntima de ministros y la Casa Real, llegando a ser un icono de la moda, madre adorada e influyente política para el partido liberal. Sin embargo, en el núcleo de su historia está la búsqueda desesperada de afecto y amor. Desde el apasionado pero fatídico romance con Earl Gray hasta el complicado triángulo amoroso con su marido y su mejor amiga Lady Bless Foster.

Si hace unos días me alteraba con la situación de sumisión en que viven las mujeres japonesas aun en el siglo XXI, hoy toca el turno de la fémina inglesa de hace unas centurias a la que la rígida moral de la época, supongo que más todavía la de las clases privilegiadas, obligadas a encorsetar sus emociones tanto como sus cuerpos. La Duquesa del título es interpretada con acierto por Keira Knightley, que parece que haya nacido para lucir pelucones, corsés y polisones que disimulen cuán plana y extremadamente delgada que está, con unas piernas como un par de palillitos, como la Pototitos de la canción. Georgiana se vio forzada a contraer matrimonio a los 16 años con William Cavendish, el quinto Duque de Devonshire. Un odioso y aquí poco atractivo Ralph Fiennes da vida a este hombre más enamorado de sus perros que de su mujer. Según el filme, el papel de Georgina en la casa era únicamente para servirle como madre intentando concebir un heredero varón y a aguantar sin chistar que su marido tuviese una amante, lo que a ella se le impedía: un bonito ejemplo de la ley del embudo.

La Duquesa se convirtió en una celebridad de la época por sus discursos liberales, por secundar la campaña del futuro Primer Ministro y por hablar abiertamente sobre política aunque no se aceptaba que las mujeres votaran todavía. La Duquesa nos acerca a una mujer conmovedora, con todo el poder económico pero con una infelicidad extrema dentro de su propia casa, ya que su mejor amiga termina siendo la amante de su marido conviviendo bajo el mismo techo. La película nos muestra a una mujer extraordinaria, tanto que parece que el filme no le hace justicia.