miércoles, 5 de mayo de 2010

Quién fuera Dios


Sinopsis:
«Intenté ser una persona honrada. Lo intenté durante mucho tiempo..., pero no funcionó», asegura Tyndale Corbett, un agente comercial en paro, cuarentón divorciado y sin dinero que suplanta por unos días a un amigo en una convención de agentes comerciales en Miami. Tras viajar a esta ciudad y salir airoso del encuentro, Tyndale, deslumbrado por los hoteles de lujo, la diversión fácil y unas vagas intuiciones de enriquecimiento rápido, decide acabar con su cochambrosa mediocridad y aspirar alto, muy alto: de hecho, decide ser Dios... o, al menos, tratar de convencer a la ciudad de que lo es. Para ello necesita una parroquia y la encuentra en la Iglesia del Cristo Fuertemente Armado. Pero su apostolado no acaba de cuajar y Tyndale se jugará el todo por el todo con un milagro pasmoso: morirá y resucitará a las pocas horas. Para ello, urde un plan infalible con el empleado de una funeraria; pero ¿acaso existen los planes infalibles?

Éste es un libro lleno de mala leche que arremete contra el capitalismo, el mundo laboral, familiar, las relaciones de parejas, las religiones, etc., por medio de una de su galería de criaturas fustigadas por la vida, fracasados desde la cuna, solos o mal acompañados y siempre al límite de la delincuencia, de buena fe y con buen propósito, pero delincuencia al fin y al cabo. Humor tan negro que a veces la sonrisa se congela a medias y no sabes si reír o llorar.

1 comentario:

carolina dijo...

Pues parece casi humor inglés, por lo que cuentas. Aunque creo que sólo en los USA uno podría hacerse pasar por el Altísimo... me refiero a Dios, no al Presidente, claro. Con tanto telepredicador y cháchara religiosa no sería de extrañar.