Sherlock

Os recomiendo esta miniserie de tres episodios de la BBC que presenta tres relatos cortos de sir Arthur Conan Doyle ambientados en el siglo XXI.

Sherlock Holmes, si hubiese sido un contemporáneo de nuestra época, habría echado mano de los avances tecnológicos y usado -y abusado- de los medios informativos de la era digital para su beneficio y entretenimiento. Sería una celebridad ahora, tanto como lo fue en la imaginación de su creador, más de un siglo atrás.

La miniserie respeta algunos puntos clásicos de la mitología que rodean al personaje; sigue viviendo en el 221b de la calle Baker, mantiene una complicada relación con el oficial Lestrade y, por tanto, con Scotland Yard.

El proceso mental de Holmes y la sagacidad y lealtad del Dr. Watson reflejan la narrativa de los textos originales y, al implantarlo en la realidad de nuestro mundo actual, se obtiene una perspectiva diferente que provoca curiosidad y genera interés.

El reparto de la miniserie está conformado por actores reconocidos del teatro y la televisión británica que dan vida a personajes que son parte ya del imaginario colectivo y de la cultura pop, dándoles un rostro y una personalidad que redefine la imagen que se tiene formada sobre los iconos que interpretan.

La genialidad de Sherlock Holmes, esa hiperactividad, ingenio, arrogancia y autocomplacencia, son actuadas por el autor con naturalidad y seguridad. La faceta maniática de Holmes es representada en escena con ayuda de efectos visuales, cortes de edición y sonido, como soporte a la interpretación del actor.

El Dr. Watson, por otra parte, es quien más gana en esta actualización de la historia. Dejando atrás el típico personaje regordete, entrado en años al que nos tenían acostumbrados las producciones anteriores de las aventuras de Holmes, este Watson es un hombre activo, sagaz, con una serie de conflictos personales a quien su nuevo compañero de casa le tiene completamente fascinado.

El Detective Lestrade cierra el elenco principal, dándole a su personaje un filo interesante, como el principal detractor del trabajo de Holmes, a la vez de su mejor promotor, mostrando una ambivalente relación de respeto/desdén con éste y dando entrada a los casos sobre los que veremos trabajar a todo el equipo.