No hace mucho
servidora confesaba a Márian con pudor que leía poco en inglés y ahora, por
culpa de Gray, son bastantes los libros que me he descargado en esa lengua para
ir practicando. Con este me topé en una página de descargas y me llamó la
atención el título, Actúa como una
señora, piensa como un hombre; a pesar de que me sonaba a libro de
autoayuda (os consta la tirria que les tengo) empecé a leerlo con curiosidad.
Al parecer, el autor,
Steve Harvey, es un cómico popular en los EE.UU., donde tiene un programa de
radio en que da consejos a mujeres sobre las relaciones con los hombres. O sea,
una Elena Francis afroamericana. Y del siglo XXI, iba a añadir, pero no estoy
tan segura. Veréis por qué:
El autor da consejos
a mujeres independientes, con empleo, a veces con hijos, pero que no consiguen
que les dure una relación. Y suelta perlas de sabiduría como estas:
1. Muchos hombres están motivados por algo más que el sexo. ¿Ah sí? Por encima de todo se preocupan por quiénes son, a qué se
dedican o cuánto ganan. Hasta que no aseguran estas tres premisas no se
centrarán en una mujer. ¿Y qué pasa, que a las mujeres no nos interesan esas
cuestiones?
2. Los hombres "aman" de manera diferente a las
mujeres. – El amor femenino trasciende el
tiempo, la lógica y cualquier circunstancia, y no se puede esperar lo mismo de
un hombre, que es mucho más simple y directo.
3. Los hombres necesitan sentirse
apreciados. ¡Criaturitas! Si no se sienten superhéroes, su
autoestima (entre otras) bajará.
En resumen,
parece que lo que quieren los hombres es regresar a la época donde las mujeres no
tenían nada mejor que hacer que servirles y alimentar sus egos. Por si fuera
poco, el autor aconseja a las mujeres a que siempre estemos atractivas y
disponibles, que si no les damos lo que desean se irán a buscarlo en otra
parte. ¡Lo que faltaba, además de anteponer sus necesidades a las nuestras, justificarles
sus infidelidades!
Eso sí, nos recomienda que antes de
entregar nuestra “galletita” (“cookie”) a un hombre, le hagamos esperar al
menos 90 días, para asegurarnos de que le interesamos por algo más que por el
sexo. Si aguanta esos 90 días (¡y te acompaña a la iglesia!), vale la pena
darle un voto de confianza.
En fin, que cuando se supera la
indignación y se lo toma con humor, llega a ser divertido.
2 comentarios:
Tómenlo del lado divertido, no todos los hombres somos iguales. Claro que hay que reconocer que hombres y mujeres pensamos y sentimos de manera distinta, pero siempre habrá un punto intermedio en el que nos conectemos y podamos establecer una relación formal, estable, sincera, basada en el amor y la confianza. Soy un soñador, pero yo veo así las cosas (y me ha funcionado)
No,los hombres y las mujeres no pensamos de forma diferente, así en global, hay que particularizar en individuos: cada persona es única. Yo divido a las personas amigas entre las que valen la pena y las que no y un gilipolla masculino como el que al parecer se retrata en este libro no me merece la pena como amigo ni mucho menos como amante si no hubiera encontrado todavía a mi Vicent.
Publicar un comentario