"La actriz Daniela Castro de 42 años tienedos meses de embarazo, se sometió a un tratamiento para cumplir su sueño de tener a un varoncito.
Daniela y su esposo, el político Gustavo Díaz Ordaz planearon este tercer embarazo, ya que desean tener un niño con el fin de conservar el nombre y apellido de él (el cual ha pasado de generación en generación desde su abuelo, el ex presidente de México de 1964 a 1970).
Para poder elegir el sexo del bebé, tuvieron que acudir a una clínica de San Antonio, Texas, para someterse a un tratamiento de fertilidad y tener el 99 por ciento de seguridad de que será niño.
Castro y Díaz llevan13 años de casados y tiene dos pequeñas, Daniela y Alexa".
Daniela y su esposo, el político Gustavo Díaz Ordaz planearon este tercer embarazo, ya que desean tener un niño con el fin de conservar el nombre y apellido de él (el cual ha pasado de generación en generación desde su abuelo, el ex presidente de México de 1964 a 1970).
Para poder elegir el sexo del bebé, tuvieron que acudir a una clínica de San Antonio, Texas, para someterse a un tratamiento de fertilidad y tener el 99 por ciento de seguridad de que será niño.
Castro y Díaz llevan13 años de casados y tiene dos pequeñas, Daniela y Alexa".
Con semejante noticia me sentí trasladado a otra época, la actriz ya no es muy conocida (pasó su tiempo de jovencita protagonista de culebrones) y el político tiene la fama del padre (que fue Presidente de México). Ya tienen tiempo casados, tienen dos hijas y ahora el sujeto quiere perpetuar el apellido de su familia ¿pues en qué era vivimos? Estamos en pleno siglo XXI y todavía importa el nacimiento de un hijo varón, cuando que lo mas importante para un padre es que el nuevo ser esté completo y sano (y si no es así, ponerse positivo y ayudarlo en lo que mas se pueda) ¡Qué ridículos! Esto coloca a México en un nivel tan arcaico ante el resto del mundo.
2 comentarios:
Qué imbecilidad. Aquí en España se puede poner el apellido de la mujer primero si se quiere.
Suscribo lo que dice Mari Pau.
Además, los experimentos genéticos como ese parecen propios del nazismo: primero se elige el sexo ¿y después que? ¿el color de la piel? ¿el de los ojos? Qué vergüenza.
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