Liga + naranja = Resortera instantánea
No es complicado saber qué pasará si alguien tiene estos dos elementos al unísono, pero es algo que ya no se ve en los niños de hoy. Esta asociación además de todo era nutritiva, pues implicaba que para hacer uso de la liga, uno debía pelar y comerse la naranja. Una vez hecho esto, la cáscara fragmentada en decenas de porciones se convertían en el suplicio de la víctima que hubiera escogido el propietario de la liga, que por alguna extraña razón, siempre contaba con excelente puntería para no darte en una parte vital, pero sí en algún sitio que te hacía retorcerte por un buen rato.
Veinte + teléfono = Comunicación con el mundo
Esto no era un juego, sino una necesidad. Hablar por teléfono ahora es cuestión de meter la mano al bolsillo y entablar una conexión directa. Pero antes eran pocos los que disponían de una línea en casa, por lo que el teléfono de la comunidad era el público de la esquina, si es que se tenía suerte y servía. Para su funcionamiento la tarifa por tres minutos era de 20 centavos de peso. La moneda caía una vez que se lograba establecer la llamada . De ahí que surgiera la frase "Ya te cayó el veinte", que significaba que se había entendido algo de una vez por todas. Curioso, pero hasta colas y muy largas había para poder llamar a alguien; y nunca faltaba el que llegaba cargado de morralla dispuesto a apropiarse por un par de horas de la caseta telefónica. Y no había poder humano que lo moviera.
Lapiz + cassette = Rebobinador ecológico
Poseer un reproductor de música portatil ya era un lujo. Hacerlo funcionar todo el día implicaba un sufrimiento similar al que ahora se pasa cada vez que uno compra gasolina. Las baterías se convertían en la peor carga económica para el propietario de un walkman. Así que había que encontrar una alternativa en ahorro de energía, misma que fue encontrada en un lápiz o pluma que por casualidad embonaban perfectamente en los orificios de los carretes en los cassettes, de tal forma que el rebobinado de las cintas podía hacerse manual. El resultado: ahorro inmediato y ejercicio de muñeca. Costo de la implementación: cero pesos, las plumas y lápices son material escolar obligatorio.
El disco rayado
En un época donde los iPods son los amos de la música, para un niño de hoy es incompresible e inconcebible el sufrimiento de alguien por ver rayado su acetato favorito. Verlo rayado implicaba haber perdido para siempre el preciado tesoro musical, pues su reproducción era ya imposible, al menos con la fidelidad de antes. Cuando no ganaba ruidos, podía repetir una y otra vez una parte de la canción. De ahí la frase 'pareces disco rayado'.
Mis hijas quedaron sorprendidas (y les dió risa) ver cosas "de los viejos tiempos" (así las nombra Lucianna a las cosas de la época de sus papás). Yo sigo creyendo que en muchos casos tiempos anteriores fueron mejores (sin fanatizarme y creer que lo de hoy no es bueno, hay que ir también con la época que estamos).
3 comentarios:
Lo de la liga (aquí es goma) y la naranja yo tampoco lo habría entendido.
Los niños imprudentes después de comerse la naranja hacían pedazos la cáscara y con el impulso de la goma lanzaban pedazos a sus contrincantes, en una lucha de naranjazos. Peligroso si te daba en algún ojo (yo no lo practiqué)
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