Ya sabéis que estamos en fiestas de San Pedro. La
figura del patrón ha faltado un tiempo de la parroquia que lleva su nombre ya
que lo estaban restaurando. El martes se recibió la talla con el lifting en el
colegio diocesano de La Milagrosa y de allí fieles y festeros lo acompañamos
hasta la iglesia. Me incluyo pues, aunque mi intención inicial era ver pasar la
comitiva, me encontré a mi prima Merce en ella y me agregué.
El nuevo San Pedro ha llegado marchoso: al día
siguiente lo subieron a la ermita que también lleva su nombre y después los
festeros de todas las comparsas lo bajaron. ¿Adivinas por cuál calle? Por la de
San Pedro, en efecto. A la parte baja que desemboca en la plaza de la iglesia
nos dirigimos Mari Pau, Nati y yo tras debatir armoniosamente un rato en la
heladería.
Al terminar el acto, me encontré a mi cuñada y a mi hermana con sus nietas Lucía y María.
1 comentario:
Muy entrañable, pero... me ha parecido ver una estrella de las de Navidad colgando por encima de las calles. ¿Es para amortizar el alumbrado navideño? Si es así, tampoco me parece mala idea. Las luces de Navidad cuestan un pastón y lucen muy pocos días.
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