Sinopsis:
En un futuro tan real y cercano que podría ser hoy, cuando las mujeres se duermen, brota de su cuerpo una especie de capullo que las aísla del exterior. Si las despiertan, las molestan o tocan el capullo que las envuelve, reaccionan con una violencia extrema. Y durante el sueño se evaden a otro mundo. Los hombres, por su parte, quedan abandonados a sus instintos primarios.
Las dos semanas previas a Halloween las invertí en esta lectura tan apropiada para la época. Y qué conste que no fue intencional.
Está escrita a cuatro manos entre Stephen King y su hijo Owen, que no sé cómo se hace pero aquí funciona: es estilo King del principio al fin de las 760 páginas, que también son excesivas, todo hay que decirlo.
Es de agradecer el subtexto feminista al imaginar cómo sería el mundo sin mujeres: no, no se acabaría el mundo porque hay almacenadas numerosas muestras de esperma, pero la nueva sociedad no tendría tantos conflictos bélicos ni enfrentamientos violentos.
Admiro la maestría de King para crear personajes y dotarlos de personalidad con cuatro rasgos, lo que extiende a la comunidad cerrada tan propia de la América profunda.
Por supuesto, aparece un elemento sobrenatural y un universo paralelo, que no me ha convencido, al igual la profusión de armas de fuego de todo calibre. Sí, ya sé que es algo intrínseco de la población de la que habla, pero me resulta cansino.
Sin haberme desagradado, me deja la impresión de que le sobran doscientas páginas al menos.
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