Arriba, ante el teatro romano de Málaga, ubicado al pie del cerro de la Alcazaba en la zona oeste. Fue descubierto en 1951, tras permanecer enterrado durante siglos. Su construcción data del siglo I, bajo el imperio de Augusto.
Me encantó la catedral de la Encarnación. La torre sur y fachada principal están inacabadas. Se ubica en el centro histórico de la ciudad. La construcción se asienta donde existió una mezquita-Aljama. Las obras comenzaron en la primera mitad del siglo XVI, de estilo gótico, por encargo de los Reyes Católicos y continuaron en los siglos XVII y XVIII.
Más allá de sus 16 soleadas playas, esta ciudad andaluza a orillas del Mediterráneo tiene una vida cultural más que interesante. Y es que el lugar que viera nacer al genio Pablo Picasso se ha reinventado en los últimos años e inaugurado museos para todos los gustos. No pude entrar al que contiene su pintura porque cierra muy pronto.
Abajo, detrás de mí, la Alcazaba, palacio-fortaleza árabe que se construyó en el siglo XI por deseo del rey Badis de Granada.
Una ciudad para volver.
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