Sinopsis:
Cientos de jugadores con problemas económicos aceptan una extraña invitación para competir en juegos infantiles. Dentro les esperan un premio tentador y desafíos letales.
Confieso que he sucumbido al omnipresente juego del calamar. Me resistía y me acabó convenciendo al ver el escaparate de un bazar chino enorme que hay en San Vicente exhibiendo disfraces de la serie. Echando cuentas de que hace poco más de un mes que está en emisión y teniendo en cuenta los problemas con los barcos y sus contenedores que vienen de Oriente, concluyo que la fabricación de los disfraces es made in Spain.
En cuanto a la serie en sí, he leído montones de lecturas diferentes, desde que es una sátira de nuestra sociedad hasta que es una muestra de que el capitalismo siempre gana, que las personas son juzgadas por el dinero que poseemos. Yo añadiría el poder del instinto de supervivencia, hasta el punto de perder cualquier límite moral en muchos casos.
Lecturas y valoraciones aparte, lo que no se puede negar es lo adictivo de su planteamiento y desarrollo, que impele a ver un episodio tras otro hasta completar los nueve de que consta. Lo abierto del final no da rabia, como en otras series, porque tiene su lógica, y supongo que algún día llegará la segunda temporada, que espero que esté a la altura.
1 comentario:
Pues lo mismo que tú, al final sucumbí y me decidí por verla, eran ya demasiadas las críticas a favor y en contra y los comentarios de la gente. Me la recomendó el chico de la cafetería donde trabajo. Pues si soy sincero empezó enganchándome con los dos primeros capítulos, pero a partir del tercero la cosa empezó a perder fuerza, no creo que vea la segunda temporada. Muy divertida la escena del primer juego, la de la muñeca gigante.
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