Sinopsis:
Jano y Rubén son dos hermanos gemelos idénticos por fuera. Los dos hermanos se encuentran una noche frente a un destino dramático: Jano entrará en el quirófano por la mañana para una operación a vida o muerte, y desea pasar una última noche fuera del hospital. Rubén acepta suplantarlo y Jano, por su parte, dedicará la noche a cumplir los deseos de aquellos compañeros de su hermano que habían compartido su vida con él en hospital pero que no habían logrado sobrevivir.
Esta semana, hasta el momento, no he ido al cine, sino que me he animado a leer. Para no cansarme, he escogido dos libros nada voluminosos.
Empiezo con La noche que nos escuchamos, de Albert Espinosa, autor que no admite medias tintas, o se le ama o se le odia. Me acerco más al primer grupo, lo reconozco, que me saca la vena sensiblera y consigue que me emocione. Más si se trata, como esta, de un adolescente gravemente enfermo de cáncer. Espinosa es un maestro en aprovechar el drama que vivió, lo que debería servir de inspiración, aunque no todos sabemos sacar partido. Mejor no sufrir ninguna enfermedad, qué duda cabe.
Volviendo a la novela, que ya había introducido en algún libro anterior, está contada por distintos puntos de vista, adultos y jóvenes, de personajes más o menos cercanos a los gemelos protagonistas. Entretiene, emociona y hace plantearnos lo que es importante en la vida.
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