Última reseña del viaje.
El hotel estaba en una urbanización en el término de Chiclana. Nos llevaron un par de veces a las playas, que distaban a unos catorce kilómetros.
Un día nos pilló el diluvio, preludio de la dana que azotaría las tierras gaditanas a partir del día 30, cuando regresamos a Madrid y tuvimos que hacer noche porque el tren no salía por la tragedia que desoló la terreta.
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