Matt Murdock, un abogado ciego con habilidades superdesarrolladas lucha por la justicia desde su ajetreado bufete mientras el antiguo jefe mafioso Wilson Fisk emprende una carrera política en Nueva York. Cuando sus identidades pasadas empiezan a salir a la luz, ambos se ven abocados a un enfrentamiento inevitable.
Mi primer contacto con el personaje de Marvel fue en la película llamada como él y protagonizada por Ben Affleck. Años más tarde, llegó la serie donde Charlie Cox daba vida al abogado invidente cuyas habilidades humanas traspasan la verosimilitud y las leyes de la física, pero por algo se llaman superhéroes.
Me alegró verlo en la ultima de Spiderman, lo que auguraba la resurrección del personaje en esta serie, de carácter más adulto y oscuro, con un Matt Murdock reticente a volver a ponerse los cuernecitos y el traje rojo oscuro para evitar que se note la sangre, que diría Deadpool. No obstante, el enemigo, Kingpin, su némesis más bien, es tan poderoso que el juego tiene que continuar.
Si los primeros episodios fueron flojos, los dos últimos redimen la temporada.

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