Sinopsis:
El mundo está al borde del apocalipsis mientras la humanidad se prepara para su juicio final. Pero Azirafel, un ángel algo quisquilloso, y Crowley, un demonio, no están entusiasmados con el fin del mundo, y no pueden encontrar al Anticristo.
Ya os comenté que había leído la novela de Neil Gaiman y Terry Pratchett en previsión de ver esta serie. Para empezar, no se distancia mucho de ella, y los cambios están justificados para ganar impacto de imagen. En este aspecto, casi que lo agradezco, ya que recordaréis que el libro no me entusiasmó.
Semejante humor tan particular, tan inglés para algunos, tiene la perfecta encarnación en dos fenómenos como David Tennant (¡qué agobio verlo con las pupilas viperinas, propias del demonio al que interpreta!) y Michael Sheen, tan beatífico en su papel de ángel. Ambos habrán de impedir la llegada del anticristo que destruya la Tierra, en la que se encuentran a gusto, para lo que tendrán que combatir un séquito de personajes cada cual más extraño, como una congregación de monjas tan satánicas como inútiles, que me recuerdan, salvando las distancias, a las almodovarianas de Entre tinieblas.
Por último, reseñaré que la voz de Satán es la de mi querido Benedict Cumberbatch, experimentado en prestar sus seductoras cuerdas vocales a seres bien raros y maléficos.
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