Sinopsis:
Un héroe anónimo que impide un atentado en una sinagoga de Jerusalén es detenido. Los agentes Harel y Belmacher, responsables de la investigación, son incapaces de identificar al individuo, al que apodan “el visitante”; también descubren hechos inexplicables sobre el héroe: habla una lengua extinta, provoca misteriosos fenómenos y se comporta como si fuese el Hijo de Dios. ¿Quién es en realidad el enigmático visitante?
Creo que establecí contacto con Jon Vernon, el autor de este libro, a través de un sorteo en Twitter. No lo gané pero ya entonces me llamó la atención.
No hace mucho tuvo la amabilidad de ponerlo a disposición de los lectores de manera gratuita por Amazon, así que lo descargué porque justo esos días dispuse de un mes con todas las ventajas de la plataforma. Por eso mismo, me decidí al fin a comprar un lector electrónico, en concreto el Kindle más básico. Tal como le prometí al autor, la primera novela que he leído en él ha sido la suya. Y he de decir que ha sido un estreno admirable.
Es muy difícil comentar esta novela sin destripar parte importante de la trama. Intentaré, pues, no desvelar demasiado por si la queréis leer, cosa que os recomiendo. El argumento engancha muy pronto y mantiene el interés de conocer quién es en realidad el visitante del título. Como católica que soy, confieso que me ha emocionado y me ha hecho saltar alguna lagrimilla que otra.
Admiro también el trabajo de documentación e investigación que habrá llevado a cabo el autor para dotar de verosimilitud aspectos de agencias de información internacionales o militares.
Con lo que, por desgracia, no estoy de acuerdo es con el mensaje de esperanza con el que finaliza la novela, y a las pruebas me remito: se suponía que la pandemia nos haría más fuertes y unidos, y la segunda ola azota mortalmente por culpa de la irresponsabilidad de la mayoría. Ojalá me equivoque y, con visitante o sin él, la humanidad recapacite.
Os dejo el enlace al libro:
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