Sinopsis:
Paris, junio de 1940. La pareja de los "de Gaulle" intenta hacer frente al colapso militar y político de Francia. Charles de Gaulle pone rumbo a Londres mientras que su mujer Yvonne parte hacia el exilio con sus tres hijos.
A los franceses se les tilda -con razón- de chovinistas, de sentir una preferencia excesiva por todo lo nacional. Como defecto, no sería de los peores de no ser porque suele conllevar un desprecio de lo extranjero.
Tal sentimiento estuvo a punto de desaparecer cuando durante la segunda guerra mundial Francia casi cedió su soberanía a Alemania. Menos mal que el general De Gaulle se opuso, aunque se tuviera que exiliar a Gran Bretaña para contar con el respaldo de Churchill. Desde tierra extraña, no se cansó de repetir por radio "La France n'est pas seule". El resto es historia.
La que cuenta la película es la anterior a dicho momento para centrarse en la vida personal y familiar del protagonista.
Lo interpreta magistralmente Lambert Wilson, un actor que siempre me ha gustado y al que he alabado en otras ocasiones aquí, como cuando encarnó a Cousteau, por ejemplo.
Una película interesante para ver una tarde de domingo, que enseña y entretiene.
1 comentario:
Tiene buena pinta, y más si hay que pasar unas tardes con un tiempo como el que tenemos en Cantabria desde hace casi una semana: puedes tragarte cualquier película, serie o libro que te echen.
Pero bien, la verdad es que hacía falta después de un noviembre tan seco como el ministro Illa cuando está de mala leche. Lástima que este último temporal haya provocado alguna que otra inundación y destrozos varios, amén de dejar a mi hermana Vero sin su tele de ONO porque un rayo dejó frito su decodificador.
¿Qué tiene que ver esto con el general De Gaulle? Pues más bien nada, salvo que, repito, una película sobre su vida y milagros es una alternativa tan buena como cualquier otra para acurrucarse en el sofá de casita mientras fuera caen chuzos de punta.
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