Supongo que como manera de contrarrestar el empuje del gigante del supermercado nuevo, la dueña de la frutería organizó un sorteo: en cada tique de compra, apuntaba nombre y teléfono del cliente y lo introducía en un tarro. Esta tarde me ha llamado para anunciarme que soy la ganadora de la cesta de frutas y verduras que sorteaba. En Facebook colgó el vídeo donde la mano inocente de su niño sacó uno de mis tiques. Y aquí la tenéis.
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