Sinopsis:
Frente a la base naval de Rota, tras el cordón policial que acordona la brutal escena, un grupo de vecinos clama que se haga justicia: el cuerpo de la joven Diana Buffet yace salvajemente mutilado y con unas enormes alas cosidas a su espalda.
La sargento Patria Santiago sabe que el asesino va a volver a matar, pero nadie la cree, ni siquiera el cabo Sacha Santos -a quien le gustaría ser algo más que su compañero-, porque al igual que piensa el resto de Rota, Patria ha convivido con el dolor demasiado tiempo como para ser de fiar.
Os comenté que el marido de mi amiga María, militar estadounidense, había conseguido por fin el traslado a la base de Rota, por lo que el peregrinaje de la familia por esos mundos de Dios terminaba en tierras españolas. Con lo de Rota coincidió el éxito de la novela La última paloma, de Men Marías, que se sitúa en dicha localidad, así que emprendí la lectura de las 544 páginas.
Los sucesos que narran son brutales, no solo por la puesta en escena de asesinatos tan macabros que harían que Dexter pareciese para todos los públicos, sino por la violencia cotidiana, esa menos evidente pero más letal en secuelas físicas y psicológicas. No hace falta mirar hacia Escandinava para encontrar tramas absorbentes que combinan historias del pasado que desembocan en el futuro y que, además, conectan con elementos religiosos oscuros. Pocos trasfondos hay más negros que la España de mediados del siglo XX, tan cerrada a influencias externas y el choque que supuso el desembarco de unos norteamericanos que parecerían extraterrestres. A qué extremos puede llegar el ser humano cuando el hambre, el miedo o el fanatismo lo domina.
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