Sinopsis:
En aquesta novel•la assistim, com a testimonis privilegiats, a l’esdevenir d’un poble a través d’una família. Les dones com a fil conductor, com a filadores del teixit vital. Amb Vicenta, Ermerinda, Bàrbara, Rosa, Regina, però també amb Ximo, amb Francesc, amb Gerard, amb Elies, amb Lluís i amb Vidal, contemplarem moments vitals de quatre generacions diferents. Personatges als quals la vida ha anat omplint de ratlles d’alegria, de tristesa, d’amor, de mort, d’amistats, de secrets.
La primera acepción del título es fácil ligarla a las arrugas que cruzan el rostro de las personas de edad que han vivido mucho. A ello añado otra interpretación personal: las rayas se me representan los renglones de un cuaderno de papel pautado donde escribir, donde recoger para la posteridad las numerosas historias que componen la vida de una familia a través de varias generaciones. Una familia valenciana que podría ser la de cualquier lector de esta novela, incluida la mía.
Aparte de las historias de amor de los personajes, emocionan los detalles de la vida cotidiana de un pueblo que no se diferenciaba mucho del mío hace unas décadas. En ese sentido, me recuerda a la novela de Bárbara Montes Julia está bien. Y, por supuesto, me vienen a la memoria las múltiples anécdotas que me contaba mi madre y que cuando sus hijos faltemos caerán en el olvido. Llàstima de tantes coses, que ja no existirien més.
También me hace recapacitar sobre las vidas personales de mis antepasados, sobre tantos secretos que murieron con ellos. Como leo en la novela: Quantes coses passaven a la vida, amb les persones que estimem i que ens envolten, que mai no arribem a saber.
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