Sinopsis:
Todo lo que Aura Reyes necesita es continuar con vida diez minutos más. No es tarea fácil. Las otras son cuatro, son más fuertes y ella —una figura acorralada en el patio de la cárcel— nunca ha sabido defenderse demasiado bien. O tal vez sí.
Porque Aura tiene que recuperar a sus hijas. También a sus amigas. Y por eso ha trazado un plan que arranca dentro de diez minutos. Así que no. No tiene ninguna intención de morir hoy.
Sabedora de que esta novela saldría al mercado la semana pasada, no hace mucho releí Todo arde, la primera de este apartado (no puedo llamarlo trilogía porque ignoro de cuántos libros constará). Agradecí dicho repaso ya que, no solo me refrescó trama, personajes y conexiones con el universo Reina Roja, sino que disfruté de la lectura tanto o más que la primera vez.
Esta continuación es mucho más intensa, lleva al lector por una montaña rusa de acontecimientos tales que de tenerlo delante, le gritaría: Ya está bien, Juan, no hagas sufrir tanto a las protagonistas, que ni mi corazón ni los suyos aguantan más.
Pero no me haría caso y me obligaría a continuar hasta acabar las seiscientas páginas y darme de bruces con dos revelaciones impactantes, una de las cuales me figuraba.
En lo que no me engañó fue en que, conforme avanzaba la lectura, sabía que no terminaría la historia, que el universo que ha pergeñado Juan Gómez-Jurado es tan inmenso y tan bien imbricado que continuará para hacernos felices sufridores a sus lectores.
No quiero terminar sin referirme al creciente dominio del lenguaje, de la palabra precisa para transmitir la fuerza, la emoción, el golpe figurado en el estómago. Cierto es que echo de menos el humor que abunda más en la novela anterior, pero entiendo que en esta las prioridades son otras.
A esperar la tercera entrega, no me queda otra.
Posdata de diciembre de 2023:
Este libro lo leí en digital. Como me gustó tanto, he querido tenerlo en papel, con el atractivo añadido de la dedicatoria y la firma del propio autor.
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