Esta es la última obra del ciclo de Artes Escénicas que me quedaba por reseñar. Un breve espectáculo de baile de un solo intérprete que impresiona por sus dotes y por la dureza del tema que trata.
Un estudio en profundidad de la fisicalidad y la movilidad de las personas ancianas a través de la danza contemporánea. Queriendo concienciar, de la importancia de saber disfrutar de la etapa de la vejez, de cómo viven el día a día, a través de los recuerdos, ya sea solos o en compañía. Lidiar con los dolores, las ausencias, las enfermedades, y la pérdida de memoria, aprendiendo a vivir de otra manera, en su nueva etapa. Un viaje de emociones que pretende hacer que el espectador empatice y tenga conciencia de la dificultad de esta etapa en los tiempos de inmediatez en los que estamos sumergidos.
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