Sinopsis:
Rebecca (Juliette Binoche) es una reportera gráfica experta en conflictos bélicos. Al vivir día a día la muerte y la destrucción, la mujer se pregunta qué beneficios puede tener su trabajo para el ser humano: si sólo es algo estético o, si por el contrario emiten un mensaje que pueda calar en la sociedad y hacer que ésta cambie su punto de vista respecto a la realidad.
Cuando es su propia vida la que está en peligro, su marido (Nikolaj Coster-Waldau) y sus hijos la pondrán entre la espada y la pared; al obligarla a elegir entre su trabajo o su familia.
Otra vez fue Nikolaj Coster-Waldau, que estos días ha paseado su serrano cuerpo danés por tierras sevillanas, el motivo de ver Mil veces buenas noches, sobre una reportera de guerra.
Para empezar, manifiesto mi más cochina envidia de Juliette Binoche, no porque sea su esposa en la ficción, sino porque está estupenda a mi edad. No obstante, lo que más me impresionó son las escenas de terrorismo en países islámicos, cómo intenta la fotógrafa mantener la mayor objetividad posible mientras retrata a una niña siendo envuelta en explosivos para ir “voluntaria” a un atentado suicida. Se me pusieron los pelos como escarpias. Qué miedo me dan los fundamentalismos, vengan de donde vengan.
Por otra parte, trata de la pasta especial de la que están hechos los fotógrafos que arriesgan sus días en primera fila de conflictos bélicos sangrientos, de cómo les afecta regresar a la vida familiar si es que la adicción a esa adrenalina se lo permite.
Hay momentos en que quizá peque de lenta, pero en general muy interesante.
2 comentarios:
Pinta bien!!! La veré
La raza humana no tiene solución; el dinero y o el fanatismo la moverá siempre.
Y el fanatismo del islam ya se acerca al horror nazi.
Y un hombre o una mujer con hijos no debería ser fotógrafa de guerras, para ser eso que no tenga hijos. Yo no la veré.
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