viernes, 10 de septiembre de 2021

Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos

 


Sinopsis:

Adaptación cinematográfica del héroe creado por Steve Englehart y Jim Starlin en 1973, un personaje mitad chino, mitad americano, cuyo característico estilo de combate mezclaba kung-fu, nunchacos y armas de fuego. 


Fuimos al cine a ver Shang-Chi y la leyenda de los diez anillos. Confieso que, a priori, no me llamaba la atención y si entré fue porque no había otra película que me interesase más. Y es que el género comúnmente conocido como "película de chinos" no es de mis preferidos ni de lejos. 

Como iba sin expectativas, pues desconozco por completo esta rama del universo marvelita, reconozco que me lo pasé bien. La película es entretenida, con esa combinación de coreografías de lucha tan inverosímiles como hermosas, los elementos míticos orientales, la presencia activa de los personajes femeninos, no como meras comparsas u objetos del interés masculino. 

Los ejecutivos de Marvel, que son bien avispados, conocen el gigantesco mercado que supone China y aciertan, en mi opinión, al mantener en dicho idioma (con subtítulos en español, obviamente) buena parte de los diálogos cuando podrían haberla rodado entera en inglés, que barbaridades lingüísticas peores se han visto. La secuencia poscréditos conecta a Shang-Chi con algunos de los Vengadores supervivientes, por lo que imagino que se ha ganado un puesto en la nueva tanda de superhéroes. Y yo que me alegro, que estos personajes me hacen pasar un buen rato. 



2 comentarios:

Anónimo dijo...

Te tragas cada mierda

Conchi dijo...

Con una opinión tan bien fundamentada, deduzco que la has visto. Porque no creo que seas como esa horda de gilipollas que pontifica en las redes sociales sin tener idea de lo que hablan.

Por otra parte, acostumbrada a tus comentarios, perfectos zurullos, cualquier película que vea, por mala que sea, me parecerá la octava maravilla.

Y sí, mientras te escudes en la cobardía, seguiré borrándolos, porque no cumplen las normas que rigen el blog y por respeto a sus lectores, que no merecen tus pajas mentales.