martes, 29 de noviembre de 2022

Mujeres que compran flores



Sinopsis:

Después de la pérdida de su pareja, Marina se da cuenta de que está totalmente perdida: había ocupado el asiento del copiloto durante demasiado tiempo. Buscando empezar de cero acepta un trabajo provisional en una curiosa floristería llamada El Jardín del Ángel. Allí conocerá a otras mujeres muy diferentes entre sí, pero que, como ella, se encuentran en una encrucijada vital con respecto a su trabajo, sus amantes, sus deseos o su familia. De la relación entre ellas y Olivia, la excéntrica y sabia dueña del local, surgirá una estrecha amistad de la que dependerá el nuevo rumbo que tomarán sus vidas.


Para empezar, no pertenezco al grupo de mujeres que da título a la novela. Las flores no me lucen en casa, así que ni compro ni aprecio que me las regalen. Así de rara soy.

Por otro lado, tampoco soy tan dada al desmenuzamiento de sentimientos como hacen las protagonistas, que diseccionan palabra por palabra, actitud por actitud. Dicen que por la susodicha razón, las mujeres vivimos más y mejor. No sé yo...

Ojo, que lo anterior no parezca detrimento para la novela, que me ha encantado. Era lo primero -y no será lo último- que leía de Vanessa Montfort y ha estado a la altura de las expectativas. Qué simpático detalle que se incluya como personaje invitado y qué adorable la metaliteratura situada en el madrileño barrio de las Letras, al que espero volver a mediados de diciembre, Dios mediante.

He de confesar el motivo que me llevó a pedir el libro por préstamo interbibliotecario: tengo entrada para ver la versión teatral de la novela, adaptada y dirigida por la propia autora. De aquí a mediados de enero, seguro que me acuerdo de bien poco.

  empezar, no pertenezco al grupo de mujeres que da título a la novela. Las flores no me lucen en casa, así que ni compro ni aprecio que me las regalen. Así de rara soy.

Por otro lado, tampoco soy tan dada al desmenuzamiento de sentimientos como hacen las protagonistas, que diseccionan palabra por palabra, actitud por actitud. Dicen que por la susodicha razón, las mujeres vivimos más y mejor. No sé yo...

Ojo, que lo anterior no parezca detrimento para la novela, que me ha encantado. Era lo primero -y no será lo último- que leía de Vanessa Montfort y ha estado a la altura de las expectativas. Qué simpático detalle que se incluya como personaje invitado y qué adorable la metaliteratura situada en el madrileño barrio de las Letras, al que espero volver a mediados de diciembre, Dios mediante.

He de confesar el motivo que me llevó a pedir el libro por préstamo interbibliotecario: tengo entrada para ver la versión teatral de la novela, adaptada y dirigida por la propia autora. De aquí a mediados de enero, seguro que me acuerdo de bien poco.

 

1 comentario:

carolina dijo...

Pues servidora es directamente una planticida: todo lo que planto o compro de la floristería se me muere. Mis últimas víctimas fueron un par de surfinias que había comprado mi hermano Jorge con toda la ilusión del mundo. Estaban preciosas, me dio por regarlas una vez y ¡chof!, se me secaron. Quería reponerlas con algún ciclamen este invierno, pero no termino de encontrar tiempo para hacerlo.