lunes, 5 de junio de 2023

Girona

 


El 15 de mayo por la mañana nos acercamos a Girona ciudad. Lo primero que me sorprendió fue la ingente cantidad de turistas como nosotros, muchos de ellos franceses, que abarrotaba el centro histórico. Resulta que, además de ser unos días festivos en el país vecino, coincidía con el Temps de Flors, un gran festival floral que se celebra cada año en esta ciudad para dar la bienvenida a la primavera. En esta ocasión fue entre el 11 y el 19 de mayo y toda la ciudad, los monumentos y los patios fueron decorados con flores.



Como seguidora de Juego de tronos, me gustó ver dónde se rodaron algunas escenas. Me dijeron que también fue escenario de gran parte de los exteriores de la película El perfume, aunque de esta no me acuerdo apenas.



Si me quejaba de las cuestas y el suelo empedrado de Tossa de Mar, no eran nada comparados con los de Girona. Menuda odisea para llegar hasta la catedral de Santa María de Gerona, que se encuentra en el punto más alto de la ciudad; posee la nave gótica más ancha del mundo, con una anchura total de 22,98 metros. Su construcción se inició en el siglo XI en estilo románico, siguiendo en el siglo XIII con el gótico, conservando tan solo el claustro románico del siglo XII y la torre de la misma época que data de 1040; se terminó en el siglo XVIII. Ya me habían avisado de que era muy oscura en el interior; aun así, me gustó ver una arquitectura diferente. 



La famosa y conocida Leona de Gerona o, también llamada Culo de la leona es una escultura de piedra calcárea que encontramos en Gerona, datada del siglo XII. Está situada a los pies de la escalera de la iglesia de Sant Feliu, en el Casco Antiguo de la ciudad. 



La figura es voluminosa en relieve, y tiene una parte de la cara y de la cola deteriorada. Consta de unas largas y grandes zarpas y tiene la cabeza girada hacia un lado. Es uno de los iconos turísticos por excelencia.



El de arriba es Enrique, uno de los monitores del viaje. El de abajo, un lugareño con el traje típico.


1 comentario:

carolina dijo...

Me ha encantado la foto con el manto de flores descendiendo por la escalera y la fachada de la iglesia al fondo. Es chulísima. Aunque, si esa escalera es representativa de las que hay en Girona, me temo que tardaré mucho en visitarla. No soy muy amiga de las escaleras, yo.