Sinopsis:
Un
espectáculo basado en las posibilidades del cuerpo humano y de los distintos
materiales/objetos que deseamos explorar para su puesta en escena. La luz, el
sonido, el color, los materiales…, nos hacen viajar y relacionarnos con el
mundo que nos rodea. De agua y barro nos invita a jugar con nuestros sentidos.
Siguiendo con el ciclo local de teatro infantil, el domingo tuvo lugar la
representación De agua y barro. Fuera porque hacía una tarde desapacible o
porque la obra a priori no era tan atrayente, el caso es que el salón de actos
no estaba tan atiborrado como en domingos previos.
No sé a los niños, pero a mí
me aburrió más que las anteriores representaciones. Para empezar, una señora
sola, a la que no resto méritos, sobre el escenario, en una performance que
combinaba barro, pintura, volúmenes y luces, sin apenas palabras propias, una
voz en off y música poco usual. Se supone que era una apertura a los sentidos.
Creo que los críos echaron de menos la interactuación. Lo que me plantea un
dilema: para acostumbrar a los niños al medio teatral ¿es conveniente dicha
interacción? ¿No les dificultará asociarlo al silencio? El tiempo hablará.
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