Retomo el acto del que os hablé dos entradas más abajo. Lo que más sentí es que, una vez más, mis paisanos daban la espalda a las actividades que el Ayuntamiento pone a nuestra disposición de manera gratuita. Ver el salón de actos medio vacío me partía el corazón. Maribel Castillo, la cantante, achacaba la falta de público al frío exterior, qué iba a decir la pobre. Lo que me cabrea es que luego la gente alega que no se había enterado. ¿Qué pretenden, que se vaya casa por casa avisándoles? Hay un montón de paneles municipales informativos repartidos por el pueblo dando cuenta de todas las actividades. Dinero tirado por el Ayuntamiento, parece ser, porque son muy pocos los que se molestan en leer.
Volviendo a la actuación, la muchacha hizo las delicias de los participantes con su arte y, sobre todo, con su simpatía, departiendo con el escaso público como si fuera una gala privada. Con su bata de cola desgranó coplas, pasodobles y demás palos del ramo. En la segunda parte de la actuación, con cambio de vestuario, ofreció canciones melódicas más actuales.
En el vino de honor posterior, mi quinto Luis Vicente, concejal de Servicios Sociales, me tomó esta foto con ella, una joven encantadora.
Aquí tenéis una de sus actuaciones en televisión:
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