Un perro llamado Enzo rememora las lecciones que ha aprendido de Denny, un piloto de carreras.
Me niego a usar el título de Mi amigo Enzo que se le ha puesto en algunos países porque no refleja la esencia de la película. Cierto que conocemos la historia en la versión de Enzo, un perro que enamora con su fotogenia y las reflexiones, en la voz de Kevin Costner, en su trayectoria por llegar a ser humano.
Se le puede objetar, y con razón, que peca de melodramática y que busca las lagrimillas de emoción. Así y todo, me dejé llevar, quizá movida por el espíritu navideño de cuando la vi, y disfruté de la película, sin sentirme culpable por ello.
Y qué majo es Milo Ventimiglia y qué bien le sienta hacer de padre de familia, como en This Is Us.
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