Sinopsis:
En 1990 el retrato del doctor Gachet de Van Gogh fue subastado en Christie’s por la cifra récord de ochenta y dos millones y medio de dólares. Lo compró el millonario japonés Ryoei Saito. Enfadado con el gobierno japonés por los impuestos que le reclamaban por el cuadro, Sayto anunció en una rueda de prensa mundial que el lienzo de Van Gogh desaparecería con él. Desde su muerte, en 1996, nada se ha vuelto a saber de la obra en el mundo del arte. Un misterio que ha hecho correr ríos de tinta y ha dado pie a todo tipo de especulaciones. Desde la galería Père Tanguy en París y con la dirección del japonés Ichiro Koga, un grupo heterogéneo de cinco personas desconocidas entre sí emprenderá una aventura que cambiará sus vidas.
No cabe duda de que Matilde Asensi es una excelente narradora. Además de su dominio del castellano, controla los mecanismos para entretener al lector de manera que no podemos parar de pasar páginas con tal de saber cómo continúa la acción.
Habrá quien reproche a la autora la semejanza de estructura entre esta novela que nos ocupa y otras anteriores suyas, en el sentido de que varios personajes se unen para resolver un misterio, para lo que deben superar una serie de pruebas, cada una más complicada y dura que la previa, en una suerte de yincana peligrosa. Da igual. Lo importante es que nos implica con ellos y, en el camino, los conocemos y nos enseñan todo tipo de cuestiones culturales. Ahí sí que he encontrado diferencias con las anteriores novelas de este tipo, y es que ahora las explicaciones son más accesibles al lector: aprendemos sin cansarnos con prolijidad de datos y detalles que no tardamos en olvidar.
Por otro lado, es una gozada que el argumento gire en torno a dos temas tan fascinantes como a priori inconexos como son Vincent Van Gogh y Japón. Mi paisana pronto nos saca de la ignorancia y nos sumerge en la estrecha relación entre ambos.
Lo dicho: una novela amena que cumple el precepto de enseñar divirtiendo.
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