Como os conté recientemente, mi amiga María se va a vivir a Rota, donde han destinado a su marido.
Para despedirnos hasta la próxima, nos invitó a un helado. Nosotras le regalamos un bolso bandolera que seguro que le irá de perlas en sus múltiples desplazamientos.
En un verano tan atípico, menos mal que existen ratos tan agradables como este entre amigas.
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