Maixabel

 

Sinopsis:

Maixabel Lasa pierde en el año 2000 a su marido, Juan María Jaúregui, asesinado por ETA. Once años más tarde, recibe una petición insólita: uno de los asesinos ha pedido entrevistarse con ella en la cárcel de Nanclares de la Oca /Álava), en la que cumple condena tras haber roto sus lazos con la banda terrorista. A pesar de las dudas y del inmenso dolor, Maixabel accede a encontrarse cara a cara con las personas que acabaron a sangre fría con la vida de quien había sido su compañero desde los dieciséis años.

Tras la aproximación de comedia de  Fe de etarras y la bofetada que supuso Patria, Icíar Bollaín retoma esa dictadura del crimen que sufrió España en su reciente historia. Vergüenza me da que no me acordaba del episodio concreto que narra. Además de los crímenes que perpetró ETA, un daño colateral fue que la sociedad española, tras los miles de vidas sesgadas, se quedaba como entumecida. Otro más, pensábamos. Hasta cuándo... 

La película va discurriendo sin prisa, con saltos atrás que no confunden. En paralelo, nos muestra los dos lados de la moneda, el de la víctima y el del victimario. Por muchas vueltas que le dé, no consigo entender que cualquier creencia, sea política, religiosa o de la índole que sea, justifique la violencia extrema que lleva a matar a un desconocido en nombre de a saber qué, asesinato ordenado por alguien que no pone en peligro su existencia, amparado en el confort de las sombras. ¿Y todo para qué? Para nada que no sea destrozar miles de personas, directa e indirectamente. Por supuesto, la interpretación de Blanca Portillo y Luis Tosar es magistral, aunque me extrañó la falta de un acento vasco más marcado.