La noticia de la muerte de la reina Isabel II me pilló en Castellón, donde he pasado una semana de vacaciones, lo que os contaré más adelante. De ahí el retraso en comentarla.
"La Reina ha muerto en paz en Balmoral esta tarde. El Rey y la Reina consorte permanecerán en Balmoral esta noche y volverán a Londres mañana", con este escueto comunicado el palacio de Buckingham anunciaba el jueves 8 el fallecimiento de Isabel II tras siete décadas de reinado que la han convertido en la soberana más longeva de su país y en una de las monarcas de todo el planeta que más años ha reinado en la Historia.
Icono de una era y siempre con el sentido del deber como bandera, la Reina de todas las reinas ha muerto a los 96 años después de una vida dedicada al servicio de La Corona. Una mujer cuyo destino inicial no era convertirse en jefa de Estado, pero gracias a su gran responsabilidad y determinación logró no solo ganarse el respeto de su pueblo y de los políticos británicos sino ser admirada por los gobiernos del resto de países. Sin embargo, al principio no lo tuvo fácil. Con tan solo 25 años una jovencísima princesa Isabel subió al trono de una de las principales potencias del mundo.
Aquí podéis leer su biografía.
Descanse en paz.
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