Sinopsis:
Un hombre cruza a caballo el desierto que le separa de Bitter Creek. Viene a visitar al Sheriff Jake. Veinticinco años antes, ambos -el sheriff y Silva, el ranchero que cabalga a su encuentro- trabajaron juntos como pistoleros a sueldo. Silva viene con el pretexto de reencontrarse con su amigo de juventud, y en efecto celebran su encuentro, pero a la mañana siguiente el sheriff Jake le dice que la razón de su viaje no es el recuerdo de su vieja amistad.
Si hace unos lustros, cuando comenzó su carrera, me hubieran dicho que Pedro Almodóvar dirigiría un western, habría flipado y creo que habría sido la misma reacción por parte del director.
Obviamente, es un western al más puro estilo almodovariano, que deja su impronta personal, no solo en cada plano sino en el argumento, que a pocos directores se les ocurre contar la historia de amor reprimido entre dos vaqueros tan masculinos como Pedro Pascal y Ethan Hawke, que rebosan sexualidad, sentimiento y madurez.
En un papel menor, el guapísimo Manu Ríos, icónico cantando en playback un fado, bastante exótico en el Lejano Oeste. Y qué bien se desempeña en inglés Pedro Casablanc.
Y todo en media hora.
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