Sinopsis:
Recién terminada la Segunda Guerra Mundial, en un Berlín arrasado y sin futuro aparente, Victoria sobrevive cantando cada noche en el club Kassandra. Pese a tener una mente prodigiosa, capaz de crear un poderoso sistema de cifrado de mensajes, su hija Hedy y su hermana Rebecca dependen de ese mísero sueldo para sobrevivir. Un chantaje sin escrúpulos por parte de los rusos obligará a Victoria a viajar sola a Estados Unidos, donde, sin embargo, disfrutará del amor incondicional del capitán Norton. Allí descubrirá que la que parecía la sociedad más democrática del mundo esconde una rancia capa de racismo e injusticias de la mano del Ku Klux Klan y el senador McCarthy.
He terminado de disfrutar las 480 páginas de Victoria, de Paloma Sánchez-Garnica, el Premio Planeta 2024. Una novela de esas larger than life en las que desde las primeras páginas sabes que vas a sufrir con la protagonista calamidades sin fin, incluso la perdida de seres queridos. Desde el final de la segunda guerra mundial hasta poco después de la construcción del muro, la novela se mueve por dos escenarios: el Berlín derrotado y dividido en cuatro sectores, y los Estados Unidos en pleno segregacionismo y macartismo. Refiriéndose a este periodo, un personaje reflexiona así:
"Estados Unidos, el defensor de la libertad en todo el mundo, en cierto modo la llegó a perder en su propio territorio Aun me cuesta entender cómo fue posible una persecución de semejante envergadura contra ciudadanos despojados de su dignidad y sus derechos constitucionales. El resultado fue devastador para muchos inocentes."
El paralelismo con la actualidad me resulta estremecedor.
Aunque la autora insiste en que no es una novela histórica, estoy segura de que no hay pegas en la documentación. Le interesa más la intrahistoria de los acontecimientos, las fidelidades, las traiciones, el valor de la familia y la amistad contra las vicisitudes políticas, sociales y amorosas. Un premio merecido.
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