Sinopsis:
Un antiguo fiscal federal de Nueva York se ha reinventado a sí mismo representando a los clientes más poderosos de Los Ángeles. Pero su bufete está en crisis y, para sobrevivir, debe asumir un papel que despreció durante toda su carrera.
Últimamente he visto dos series ambientadas en el mundillo de los abogados y los juicios, tema que me suele atraer. Recuerdo que mi profesor de griego clásico en COU me aconsejaba que estudiara Derecho, como él hacía en sus ratos libres. Ni loca se me hubiera ocurrido, que lo mío era cuestión de letras.
Al parecer, esta serie deriva de otra que no he visto. Aquí el bufete está ubicado en Los Ángeles y, por tanto, la mayoría de los clientes proviene del mundo cinematográfico. De hecho, algunos actores invitados se interpretan a sí mismos.
A pesar de la siempre agradecida presencial de Stephen Amell y de que uno de los personajes secundarios tiene una discapacidad intelectual, la serie no pasará a la historia: en efecto, no ha sido renovada para una segunda temporada. Supongo que en previsión de esa posibilidad, menos mal que da cierre a todas las tramas.

No hay comentarios:
Publicar un comentario