Sinopsis:
La vida parece fácil para la pareja perfecta que forman Ivy y Theo: carreras de éxito, un matrimonio feliz y unos hijos estupendos. Pero detrás de la fachada de su supuesta vida ideal, se avecina una tormenta: la carrera de Theo se desploma mientras que las ambiciones de Ivy despegan, lo que desencadena una caja de Pandora de competitividad y resentimiento ocultos...
Para empezar, apenas recuerdo la ochentera en la que se basa. Será de las pocas de la época que solamente he visto una vez, quizás por el mal rollo que me transmitía o porque Michael Douglas no era santo de mi devoción.
El que sí lo es, evidentemente, es Benedict Cumberbatch, al que me apetecía ver en registro de comedia, aunque fuera tan negra como esta, que últimamente sus papeles eran muy intensitos. Huelga decir que el tío lo borda, potenciado por la réplica de la enorme Olivia Colman, en un toma y daca de diálogos punzantes, al estilo del más genuino humor inglés.
Las diferencias entre el modo de ser de los británicos y los estadounidenses, por muy explotado, no deja de ser hilarante. Muy graciosos los personajes secundarios también.
¡Y lo guapo que está mi Ben! Más en versión original subtitulada, que su voz y su dicción son orgásmicas.


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