domingo, 7 de septiembre de 2025

En San Ramón

 


Terminadas las fiestas del barrio de San Ramón, solamente asistí a un par de actos. El viernes acudí a la misa de campaña. Digamos que la dicción de nuestro párroco, angoleño de origen, no carece de acento. Las erres de san Ramón, al que no cesaba de nombrar en el sermón, una y otra vez, no sonaban perfectas del todo. De modo que en principio no me extrañó oír la denominación de san Jamón. Cuando el cura se dio cuenta de "he dicho san Jamón, ¿en qué estaría pensando yo?", se desató la risa general. Para que luego digan que las misas son aburridas.

El lunes mi amiga Rosa, que vive en el barrio de San Ramón, nos invitó a las Guapetonas a una merienda cena en la calle. Con lo generosa y exagerada que es, puso comida para un regimiento, toda buenísima porque la había preparado ella, hasta las pastas y el chocolate a la taza. Entre bocado y bocado, estuvimos la mar de a gusto en la calle, cortada al tráfico, charlando y saludando a la gente que pasaba.

A la derecha, Martín, nieto mayor de Rosa.


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