Sinopsis:
Dave Ming Chang, recién llegado a Nueva York, es casi sin duda el visitante más perdido de todos. Hay algo en él que no encaja, para empezar, parece totalmente fuera de lugar, e incómodo con su propio cuerpo. Y tiene motivos: "Dave" no es un hombre, si no una nave hecha a imagen y semejanza del comandante en miniatura que la controla, que gobierna a un grupo de extraterrestres que llega a nuestro planeta con la intención de salvar el suyo. Para ello, deben acabar con la Tierra, ya que necesitan nuestras reservar de agua. Finalmente, los alienígenas tendrán que mezclarse con los humanos ya que el aparato que debía dejarnos secos ha caído, por error, en las manos de un niño. Así que aprenderá nuestras costumbres (bailar, reír, comer, llorar…) dando lugar a situaciones, cuanto menos, absurdas.
Para empezar, el título tan horrible que le han endilgado en español ya echa para atrás. Sin embargo, me puse a verla pues no me llamaba la atención nada de lo que echaban en la tele. Esperándome lo peor, resulta que es una chorrada con cierta gracia. A pesar de las miles de muecas con que el actor nos castiga, de algunos chistes de parvulario, lo cierto es que la película se pasa en un suspiro y que tiene varios momentos divertidos. Se puede soportar, aunque es previsible hasta decir basta, y como siempre, Murphy vuelve a interpretar a dos personajes distintos. ¡Cuánto le gusta doblarse en las películas!
Pese a todo el film consigue su propósito que es entretener, y además de la forma que se pretende: con sensiblerías, con muecas y movimientos graciosos, y con una historia simplona que da el pego.
De esta manera la recomendación es simple, quien quiera pasar el rato, sin esperar una gran película ni una gran comedia, que la vea... pese a las críticas, si sabes lo que vas a ver, la película es medianamente pasable.
1 comentario:
A mí es que el Murphy este nunca me ha gustado.
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