Sinopsis:
Después de pasar un mes en el museo del Louvre, en mayo de 2013, firma un relato en colores directos lleno de delicadeza, una travesía temporal y artística en la que descubrimos figuras tutelares, familiares y desconocidas...
La bibliotecaria local, aficionada al cómic, ha adquirido algunos ejemplares del género para que los lectores de Agost nos aficionemos y paliar las deficiencias en las estanterías de la biblioteca.
Tomé prestadas, pues, tres novelas gráficas y aquí os traigo la primera de ellas, una preciosidad de libro en todos los aspectos.
Para empezar, es de formato grande, casi cuadrado, cuya portada llama la atención de lo bonita que es. El interior no defrauda, antes al contrario. Al ser de orígen japonés, se lee del (que para occidente es el) final hacia atrás.
A diferencia de los mangas nipones, este álbum no está en blanco y negro sino en un delicioso color, tan hermoso que cada viñeta se podría transformar en un cuadro que alegraría y embellecería cualquier pared.
Cuánto lamento que en mi visita a París no visité el Louvre por, creo recordar, huelga de los guías del museo.
Taniguchi nos lleva por sus pasillos, por sus obras y por su historia y nos sumerge en un mundo onírico que es sobre todo una historia de amor, al arte y a su mujer.
Casi me ha hecho sufrir el síndrome de Stendhal de tan cautivador es el libro.
Recomendadísimo.
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