Falling

 

Sinopsis:

John Petersen vive con su novio Eric y la hija adoptiva de ambos en el sur de California. Su padre Willis, un granjero tradicional y conservador de 80 años, decide viajar a Los Ángeles y quedarse en casa de John mientras busca el lugar idóneo para jubilarse. Una vez todo juntos, dos mundos muy diferentes colisionan. Willis muestra señas de estar perdiendo la cordura, y su peculiar forma de ser, tan divertida como dañina para algunos miembros de la familia, saca a relucir heridas del pasado y de años de desconfianza entre sus allegados.

El debut en la dirección de Viggo Mortensen es una maravilla de sensibilidad, de composición de personajes, de enfrentamiento actoral entre él y Lance Henriksen, absolutamente brillante y aterrador.

El título se refiere a la caída de ese padre en los estragos de la vejez, en el dejar de controlar la salud, física y mental. Si ese hombre no era buena persona de joven, cuando maltrataba a su primera esposa, de anciano acentúa sus defectos y se convierte en un ser despreciable por misógino, homófobo y racista, entre otras lindezas. Lo único que lo humaniza a veces es la relación con su nieta adoptiva y eso que no soporta que su hijo esté casado con otro señor, encima de raza oriental.

Creo (y espero) que, por fortuna, esos hombres intransigentes se quedan en el siglo pasado y que las nuevas generaciones, cuando lleguen a la senectud, sean más tolerantes.