Sinopsis:
En un parque de atracciones a las afueras de Estocolmo aparece el cuerpo de una joven asesinada de forma macabra: atravesada por múltiples espadas dentro de una caja. La agente de policía Mina Dabiri, reservada y metódica, forma parte del equipo especial de investigación que se hace cargo del caso. Cuando Mina agota todas las posibles pistas, recurre al conocido mentalista Vincent Walder para que los ayude a detectar los indicios que podrían conectar el asesinato con el mundo del ilusionismo.
Creo que habré reseñado aquí en el blog casi todos los libros de Camilla Läckberg, por no decir todos, así que no podía faltar este último escrito a cuatro manos junto a Henrik Fexeus, que comparte el oficio que da título a la novela en España. Curiosamente, el original es Box, que es más sugerente, en mi opinión, no en la de la persona encargada de marketing de la editorial, supongo.
La novela ocupa más de setecientas páginas, con el mérito de que no se hacen pesadas. Cierto que se habría podido abreviar sin la atención minuciosa que reciben los personajes secundarios, lo que me provocó pensar que estaría causada por el plan de continuar la serie, lo que confirman los autores en el apartado de agradecimientos.
La novela me ha enganchado mucho más que la trilogía previa de Läckberg. Me ha obligado a pasar página tras página para saber cómo se desenredaba la madeja de crudelísimos asesinatos en serie envueltos en enigmas. No especifico nada más para evitar destripes.
En cuanto se publiquen nuevos misterios en torno a Mina y Vincent, seguro que los leeré y os los comentaré.
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