Sinopsis:
James y Em Foster disfrutan de unas vacaciones en la playa con todo incluido en la isla ficticia de La Tolqa, cuando un accidente fatal expone la subcultura perversa del turismo hedonista, la violencia imprudente y los horrores surrealistas del resort.
Qué dura es la vida de una fan. Sí, voy a tratar de explicar semejante tontería, que ya estoy mayorcita para según qué cosas.
Este blog es testigo de cuánto me gusta Alexander Skarsgård, por lo que intento ver toda su filmografía. Que me encante él no significa que aplauda todos sus trabajos.
Este, en concreto, es para darle de comer aparte. El hecho de que el director sea Brandon Cronenberg, hijo de David Cronenberg, ya tendría que haberme dado una pista de que lo que iba a ver no sería fácil ni complaciente. Como si Brandon le hubiese estampado a su padre: Yo más que tú.
Es una película muy desagradable de mirar: más de una vez tuve que apartar los ojos de la pantalla. El montaje estroboscópico de otras escenas, por no hablar de otras realmente repulsivas, añadido a una música disonante que da dolor de cabeza, no hace recomendable un segundo visionado. Lo que más rabia me da es que Alex está guapísimo, mucho más que en sus últimas películas.
Habrá quien alegue que se trata de una fábula sobre la crueldad del poder, pero parece más un intento de épater les bourgeois.
Sintiéndolo mucho, no voy a conservar el archivo en mi ordenador.
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