Sinopsis:
La serie narra los inicios del actor Nacho Vidal en la industria del porno. Demostrando que su talento va mucho más allá de sus más que famosos 25 centímetros, Nacho Vidal cambió las reglas del juego en los años 90 cuando se convirtió en una superestrella internacional. Ahí comienza su historia, cuando descubre que había nacido con un don que podía utilizar para valerse por sí mismo.
Después de que Cristo y Rey revisitase las décadas de los setenta y los ochenta, esta serie nos remite a los noventa y a la eclosión del cine pornográfico en España.
Por razones obvias, la trama me resulta más ajena. No voy a rajarme las vestiduras alardeando de no haber visto porno, no. No obstante, sí que puedo afirmar que no he visto ninguna película de Nacho Vidal, de lo cual me alegro, porque, por lo que muestra la serie, es un sexo violento y vejatorio para la mujer, al estilo de Rocco Siffredi, que también aparece en la miniserie.
Con el tema que trata, es imposible obviar escenas de sexo, puntal del protagonista y del mundo en que se mueve. La recreación de ese universo hiperbólico está narrada de la misma forma, como un viaje de drogas, aspecto que por una vez no sobra.
Cuando leí que sería Martiño Rivas quien encarnaría al protagonista, enarqué una ceja de suspicacia. Admito que me equivoqué, porque lo hace creíble, y no solo por su transformación física. Maravillosa María de Nati como su compañera, además de Andrés Velencoso como su rival.
2 comentarios:
Me parece muy curiosa esa moda de hacer series basándose en personajes reales con poca o ninguna trascendencia histórica o política, sino por su impacto popular. Quitando la que hace unos años se estrenó en Netflix? acerca de Gil y Gil (personaje que por lo menos, para bien o para mal es el epítome de una forma de hacer política en este país), el resto me parecen un poco traídas por los pelos.
Que conste que no he visto ninguna (incluida la del amo del caballo Poderoso), pero para mí parece apuntar a un agotamiento de la creatividad en la narrativa de ficción.
Quizá el tirón que tienen apunte, precisamente, a una sobresaturación del público respecto a la ficción entendida de manera tradicional.
Tengo entendido (no la he visto) que la serie de Gil y Gil en HBO es documental y no de ficción. Así no será tan divertida sino más bien escalofriante.
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