El sábado pasado tuvo lugar el pistoletazo de salida de las fiestas patronales de Moros y Cristianos en honor a San Pedro, que serán el último fin de semana del mes. Ese primer acto fue el pregón de fiestas, que fue a cargo de una maestra jubilada, precisamente mi antecesora en la escuela de adultos. Con su discurso, nos emocionó y nos retrotrajo al Agost de hace décadas, cuando éramos pequeñas la pregonera y las Guapetonas que nos juntamos para oírla.
Terminado el acto, espontáneamente surgió la idea de cenar algo. Con bares y restaurantes abarrotados, encontramos sitio en terraza de una heladería que nos preparó unas tostadas con tomate, aceite y queso. Y sí, de postre, no faltó el helado. Pasamos un rato estupendo de charla e incluso, cuando pasó la pregonera, nos hicimos una foto con ella, no sin antes darle la enhorabuena por su intervención.
Pasada la medianoche, Toñi y yo nos acercamos a ver la orquesta Maxims, realmente estupenda, todo un espectáculo, a diferencia de otros de variedades que dan pena.
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